El aguardiente es una bebida obtenida por la destilación de un fermentado alcohólico, como por ejemplo el vino.

   La destilación de fermentados alcohólicos se realiza desde hace muchos siglos en prácticamente todo el mundo.

   Para llevarla a cabo se emplea el alambique, una máquina que, por medio del calor, hace que el alcohol contenido en el líquido fermentado se evapore. Este alcohol vaporizado es conducido por unos serpentines en donde al enfriarse se licúa de nuevo y se recoge.

   El aguardiente es una bebida de alta graduación alcohólica, normalmente entre los 40º  a 60º, aunque puede alcanzar bastante más.

   Existen diversos tipos de aguardientes dependiendo de la materia prima empleada para la fermentación: caña de azúcar, uva, trigo, arroz, agave, cerezas, etc. Y también de los ingredientes aromáticos que se le puedan añadir.

   De cara a la dieta nos interesa saber que los aguardientes no tienen nada de azúcar ni otros hidratos, por lo que su carga glucémica es 0, aunque ya sabemos que este dato, en el caso del alcohol, es engañoso, ya que es un producto que ralentiza mucho la pérdida de peso. 

   De todas maneras las bebidas alchohólicas destiladas, como los aguardientes, sin ser beneficiosos para la dieta, la perjudican mucho menos que las bebidas alcohólicas simplemente fermentadas, como el vino, el cava o la cerveza.

   Conviene recordar que los aguardientes, debido a su alta graduación alcohólica, son productos muy de elevado contenido calórico.

     Vamos a revisar los aguardientes más habituales en nuestro medio.