El peeling es una técnica de medicina estética que busca "pelar" la piel, exfoliarla. Elimina sus capas externas, al tiempo que estimula la formación de piel nueva.

   Para conseguir este efecto se aplican sobre la piel diversos ácidos, más o menos concentrados dependiendo del efecto que queramos conseguir.

   Los peelings más superficiales, de tipo cosmético, se realizan con un ácido muy suave. Elimina tan solo las capas más externas, de celulas muertas o muy desvitalizadas. El efecto inmediato es satisfactorio ya que la piel gana en luminosidad, pero resulta poco duradero. Es un peeling adecuado para mejorar su aspecto de cara a algún evento social.

   En los peelings médicos se emplean ácidos más concentrados. Los resultados son mejores y mucho más duraderos. Además de mejorar la luminosidad de la piel se eliminan pequeñas arrugas y manchas. 

   Algunos peelings se realizan con ácidos muy potentes que pelan totalmente el rostro. Se trata de una técnica agresiva que requiere ingreso hospitalario. Los resultados que se consiguen son espectaculares pero a pesar de ello se realizan poco a causa de las molestias que causan al paciente quien después del alta hospitalaria aún deberá estar unos cuantos días fuera de circulación hasta que que la hinchazón y el enrojecimiento de la cara hayan desaparecido.

   La mayor parte de peelings que realizamos en nuestro centro están enfocados a prevenir los efectos negativos del adelgazamiento sobre el cutis, sobre todo en mujeres menopáusicas o con la piel seca. Habitualmente los hacemos con ácido glicólico y son de intensidad media. La persona tratada puede seguir con su vida normal sin ningún problema.

   El peeling químico, unido a la mesoterapia facial, son las mejoras armas de que disponemos para que, por mucho volumen que haya perdido, su cutis mantenga o incluso mejore la calidad que tenía antes de adelgazar.