Un programa de pérdida de peso exige cierta planificación. Si lo deja todo para última hora las cosas no van a funcionar. Resulta muy desalentador llegar a casa a la hora de la comida sin saber todavía lo que nos vamos a hacer para comer. Cansados del trabajo y con apetito, lo que menos nos va a apetecer en ese momento es ponernos a reflexionar sobre qué vamos a prepararnos para comer.

   Esta situación suele tener dos consecuencias:

       - La primera, la menos mala, es que acabemos comiendo siempre lo mismo. Al final llegará el aburrimiento y con él, las ganas de abandonar.

       - La segunda, todavía peor, es que decidamos comer como los demás de casa “pero en menor cantidad”. El fracaso está asegurado.

   Planifique su semana. Durante el fin de semana dé un vistazo al recetario, seleccione unos cuantos platos para la semana y anótelas en una libreta  o tablet preparando así su menú semanal. Al tiempo que hace esto vaya elaborando una lista de la compra para estar seguro de que dispondrá de los ingredientes necesarios para cocinar las recetas seleccionadas para esa semana.