Comer con compulsividad es un problema que afecta cada vez a más personas. Posiblemente a causa del nivel de estrés con el nos estamos habituando a vivir.

   Su intensidad y la frecuencia con que aparece varía mucho. Algunas personas la presentan tan solo de manera ocasional y con una intensidad que permite su control. Pero en otros casos ataca con una intensidad que desborda todo tipo de control y puede llegar a convertir la vida de la persona que la padece en un tormento, como ocurre en el caso de la bulimia nerviosa.

 

   Normalmente agrupamos estos trastornos de compulsividad alimentaria en tres grupos    

      - Crisis "menores" de compulsividad: ocurren de manera ocasional y suelen ser de intensidad baja, lo que permite su control.

   La forma más seria de estas "crisis menores" es el llamado "Síndrome del comedor nocturno". Las personas afectadas por él ingieren cantidades muy importantes de comida por las noches de manera habitual. Al día siguiente se levantan sin apetito y no desayunan nada. Retrasan la hora de la comida del mediodía, en la que también suelen comer poca cantidad. Pero es a partir de la tarde-noche cuando comienza su hiperfagia que les lleva a consumir cantidades excesivas de alimento.

    Esto, un día tras otro, acaba modificando muy negativamente sus hábitos de alimentación y produciendo sobrepeso u obesidad.

 

      - Trastorno por atracón: auténticas crisis de compulsividad durante las que la persona afectada presenta un deseo irrefrenable por comer, sobre todo alimentos ricos en hidratos. Come muy deprisa y no se siente saciada pese a consumir cantidades muy importantes de comida. Incluso en ocasiones se despierta durante la noche y ha de levantarse para comer, sin hacer distinciones entre alimentos dulces o salados.

 

      - Bulimia nerviosa: proceso similar al Trastorno por Atracón del que se diferencia por dos cosas

            * Las crisis son más frecuentes.

         * Tras las crisis se intenta compensar el exceso de ingesta con vómitos autoprovocados, empleo de laxantes o diuréticos o mediante la práctica excesiva de ejercicio físico.

  

   La base neurofisológica es la misma en los tres casos. Resulta demasiado complejo explicarlo en pocas palabras. Bastará con que sepa que estas conductas alimentarias anormales están causadas por la producción en el cerebro de ciertas sustancias llamadas neurotransmisores que alteran nuestro comportamiento. Un problema de bioquímica a nivel cerebral que ocurre más frecuentemente en situaciones de stress o cuando pasamos por una situación de bajón anímico (problemas laborales, afectivos, económicos, etc.).

 

   Se trata de procesos que afectan mucho a quien los padece porque se ve impotente para solucionarlos. Intenta controlarse pero le resulta imposible y eso produce mucho desánimo y baja autoestima.

   De hecho intentar solucionar esa situación a base de “fuerza de voluntad” conduce al fracaso en la gran mayoría de los casos. Sin embargo con ayuda de la medicación adecuada se puede resolver con relativa facilidad.