La grasa tiene diversas funciones pero, en el aspecto nutricional, está claro que su función básica es la de almacén de energía. 

   Podemos obtener grasa tanto de alimentos vegetales (aceite, margarina) como animales (tocino, mantequilla).

   La grasa es un alimento muy energético: cada gramo de grasa aporta unas 9 kilocalorías, más del doble de las calorías que aporta 1 gr de proteínas o de glúcidos.  

 

 

 

 

 

   El tipo más habitual de grasa son los triglicéridos, formados por una molécula de glicerol y tres ácidos grasos. Los triglicéridos sólidos a temperatura ambiente se llaman grasas. Si son líquidos  se llamarán aceites.

   La imagen reproduce de manera esquemática la estructura de un triglicérido: Una molécula de glicerol enlazada a tres ácidos grasos.

   Podrá observar que, como ya vimos en las grasas y las proteínas, los elementos químicos que componen las grasas son el carbono (C), el hidrógeno (H) y el oxígeno (O).

   Al igual que ocurre con los aminoácidos hay algunos ácidos grasos que nuestro organismo no puede sintetizar por lo que ha de obtenerlos de los alimentos: son los ácidos grasos esenciales.

   Desde el punto de vista nutricional distinguimos dos tipos de grasas: las saturadas y las insaturadas. Sin entrar en mayores complicaciones conviene que sepa que las grasas insaturadas suelen ser nocivas para nuestra salud al favorecer la arteriosclerosis. Estas grasas suelen ser sólidas, como el tocino o la mantequilla. Las grasas insaturadas son, en general, beneficiosas para nuestra salud, y suelen ser líquidas (aceites). El aceite de oliva es un buen ejemplo de grasa insaturada.